En el límite entre Nava de Suarna e Ibias, el río Navia hace una pronunciada curva en la que se realizó una importante intervención, similar a la de Montefurado en Quiroga. Se abrió un profundo tajo en la roca, en un tramo con un fuerte meandro encajado, que permitió la apertura de un canal para desviar las aguas del río y facilitar la explotación, mediante bateo, de los placeres fluviales depositados en este meandro, en ambas márgenes del Navia.
El corte practicado en la roca tiene un ancho aproximado de 2,5 m y unos 6 m de alto; el salto de agua es de unos 3 m y no se conservan restos de la exclusa, que sin duda tuvo que habilitarse para desviar parte del curso del río, o incluso su totalidad dependiendo de la época del año. La zona potencial de bateo alcanza los 950 m de largo.