Cuenca de Ibias

El curso del Ibias está jalonado de labores mineras romanas. Gracias a ellas se obtuvo oro, tanto de yacimientos secundarios (aluviones depositados formando terrazas fluviales), como secundarios (en roca).

Hay decenas de labores de diversa envergadura, que se concentran sobre todo entre Cecos, aguas arriba, y Marentes, aguas abajo del Ibias. El mismo núcleo de San Antolín de Ibias, capital del concejo, está construido sobre un vaciado minero romano.

Mapa Minas Ibias

En Cecos, en la orilla izquierda el río, se aprecian explotaciones secundarias, que han dejado estériles gruesos (murias) acumulados en varios puntos. En la orilla opuesta, junto a O Castelo de Cecos, hay cortas que permitieron la explotación de yacimientos primarios alterados.

En los yacimientos primarios de la zona el oro se encuentra en el contacto entre la Formación Agüeira y las Pizarras de Luarca. Los materiales están muy alterados in situ y la mineralización puede estar asociada a filones de cuarzo, que siguen las abundantes fracturas generalmente con dirección E-O, o bien diseminada en las rocas encajantes.

Para su explotación fuer imprescindible la fuerza del agua captada aguas arriba de ríos y arroyos y acumulada en depósitos excavados en el terreno. Son varios los depósitos identificados sobre los frentes de explotación, sin embargo, es mucho más difícil reconstruir el trazado de la red de canales que los abastecieron.

Los morteros hallados en la zona prueban el desarrollo in situ de operaciones de transformación del mineral extraído para obtener, finalmente, el oro.

Mortero Ibias

Labores de Trigal

Labores de Cecos