El poblamiento antiguo en Navia de Suarna
Loa castros de A Lagua, Cabanela y Larxentes
La cuenca alta del Navia se caracteriza por la densidad de castros. En el concello de Navia de Suarna se conoce casi una treintena de castros, algunos de la Edad del Hierro y otros ya de cronología romana. De estos últimos, algunos se vinculan a las labores mineras de oro que jalonan el curso del Navia y sus afluentes en este tramo alto.
El castro de A Lagúa se sitúa en el límite con Ibias. En Cabanela hay dos castros, el Castro do Cantón y el Castro de Cabanela. Al norte del curso del Navia se encuentran también el Castro do Pin y el de Vilagoncide. Al sur del curso del Navia están el castro de Larxentes, el de Folgueiras, Os Castros (Virigo), y el Castro de Ribón.
Muchos de estos asentamientos muestran una preferencia clara por emplazamientos en media ladera, en promontorios o espolones, evitando los fondos de los valles. Así, el castro resulta bien visible en el paisaje y desde ellos se accede a las tierras de labor localizadas en zonas amesetadas o de pendientes más suaves.
Los poblados aprovecharon las condiciones naturales del emplazamiento, pero, además, algunos cuentan con imponentes fosos excavados en la roca y con murallas construidas en piedra. Durante el primer milenio, el alto Navia se fue articulando como un paisaje castreño. Existen indicios de que en época romana se produjo una profunda transformación en la estructuración de este territorio, aunque no está suficientemente bien documentada. La aparición de nuevos castros y la modificación o abandono de algunos anteriores, se une a la multiplicación de los trabajos mineros. En el castro de Ribón, por ejemplo, se ha documentado con seguridad ocupación romana y muestra algunos cambios importantes: apenas destaca en el paisaje y no dispone ya de un verdadero recinto de carácter defensivo.
En el vecino concello de Cervantes, el Castro de Santa María ha sido excavado y es una buena referencia para comprender cómo se organizaban internamente estos poblados.
El Castro de A Lagúa (Mosteiro) se sitúa en el límite con Ibias, en un espolón desde el que tiene un amplio dominio visual. Sus potentes elementos de delimitación (muralla y tres fosos) contrastan con su pequeña superficie habitable. De manera que de las 1,5 ha transformadas, menos de 0,4 ha era habitables. Todo el entorno del castro está muy modificado, con aterrazamientos y posibles estructuras de acceso.
En Cabanela hay dos castros muy próximos entre sí, en los dos extremos de un estrecho y alargado espolón. El más oriental (Cabanela 1, Castro do Cantón) cuenta con fosos excavados en la roca y potentes derrumbes, posiblemente de una muralla. De las 1,6 ha modificadas, solo 0,3 constituyen una plataforma habitable. A unos 750 metros al oeste se encuentra el castro de Cabanela (Cabanela 2), en el otro extremo del espolón. En él las obras artificiales de delimitación son menos potentes, aunque sus condiciones defensivas naturales son buenas. En cualquier caso se han detectado impresionantes fosos.
O Castro de Larxentes ocupa un espolón en la ladera de la sierra del mismo nombre. Se percibe claramente un sistema de tres fosos excavados en la roca en la base del espolón. Las abruptas pendientes naturales y los afloramientos rocosos forman parte también de la delimitación de este poblado. Unas 1,5 has fueron modificadas, aunque la superficie de habitación pudo ser un tercio del total.