Las labores del monte Trigal y el depósito de A Poza dos Lamocos

La explotación minera en primario del monte Trigal (San Antolín de Ibias), consta de varias cortas a cielo abierto en las laderas de la orilla derecha del Ibias, entre el río Cabo al sur y la regueira de Vilanova al norte.

La explotación se desarrolló por medio de técnicas de desmonte (arrugia), combinando métodos mecánicos y la energía hidráulica, que provocaban el derrumbe de parte de la ladera. Una vez desprendida la roca, se desmenuzaba para separar la mena de la ganga, triturándola hasta pulverizarla. En estas fases el agua seguía jugando un papel importante, ya que, por un lado ayudaba a evacuar los estériles de la mina y por otro, permitía lavar el mineral y obtener el oro.

Todo indica que, además de las seis cortas detectadas, se abrieron pequeñas trincheras (algunas de prospección) y labores subterráneas para beneficiar filones especialmente ricos con un tipo de minería más selectiva.

Monte Trigal

Son aún identificables algunos elementos de la red hidráulica de estas labores: tramos de canales y depósitos. Uno de ellos ha sido documentado con mayor detalle, topografiándolo y efectuando excavaciones para documentar su construcción y los niveles de uso y abandono. Se trata de A Poza dos Lamocos, una piscina o stagnum (según las denominaciones recogidas por Plinio) de aproximadamente 37 x 20 m para cuya construcción se acondicionó un sector de la ladera, alterando una superficie de unos 1700 m2. La superficie del interior del depósito es de 845,13 m2. De acuerdo con la topografía y los sondeos efectuados, se calcula que la profundidad máxima del depósito (desde la coronación del borde hasta el fondo del vaso) estaría en torno a los 2,7 m, de manera que se estima que su capacidad máxima estaría entre 1085,5 m3 y  unos 771  m 3.

Deposito LamocosSendos afloramiento se pizarra delimitan el depósito hacia el norte y el sur; por el oeste fue necesario construir un potente muro con lajas de pizarra para contener el agua. La longitud del muro que se detecta actualmente en superficie es de 43, 5 m. En su base se aprecia cómo se apoya parcialmente en afloramientos de roca y se recurre a zapatas de bloques de pizarra para apoyarlo; la superficie del fondo tuvo que ser previamente acondicionada, nivelando el terreno. Se colocaron hileras de bloques de pizarra careados, entre los que solo aparece tierra y algunos cantos pequeños para calzarlos, formado dos paramentos entre los que se echó relleno de piedra pequeña y tierra. En uno de los sondeos excavados las hileras de pizarra aparecen curvadas, como si el lienzo hubiese cedido; la pared se agrietó en todo su alzado y tuvo que ser reparada, como prueba la acumulación de argamasa. El muro alcanza casi tres metros de altura y una anchura total de 2,5 m.

Esa profundidad, permite documentar una potente estratigrafía, que muestra una larga secuencia de niveles relacionados con la construcción, el uso del depósito y su abandono hasta la actualidad.