El proyecto IVGA pretende conocer el proceso de conquista, sometimiento y reorganización que, desde el siglo I a.C. y durante todo el Alto Imperio, realizó Roma de este sector occidental de las montañas cantábricas. El dominio de Roma supuso en la zona una intensa antropización y transformó radicalmente las formas de relación social y de control del territorio de las comunidades indígenas prerromanas.
IVGVM en latín (IVGA en plural) significa yugo, término que además de referirse al instrumento de madera que se pone sobre el cuello de dos animales para arar la tierra, posee también el significado figurado de algo o alguien que somete, que controla. Además, en latín IVGA se refiere también a las montañas, posiblemente por la morfología ondulada que la silueta de algunas sierras presenta, asimilable a la de un yugo. Así, IVGA se ajusta tanto al objetivo del proyecto de investigar el sometimiento de unas comunidades locales al poder de Roma, como al paisaje montañoso donde se desarrolla este estudio.
IVGA se centra, por lo tanto, en la investigación del registro arqueológico de la zona, prestando atención a tres aspectos: las estructuras castrenses que son los testimonios materiales del proceso de dominación militar en época de Augusto; el registro arqueominero, es decir restos de labores mineras y de la infraestructura hidráulica necesaria para llevar a cabo la explotación; y el poblamiento antiguo de la zona, documentado sobre todo en asentamientos tipo castro.
Para ello aplicamos la metodología propia de la Arqueología del Paisaje, que se apoya en diversas técnicas y documentos de trabajo, con especial peso de las técnicas no destructivas. Los estudios de paisaje destacan en considerar la profundidad temporal que los paisajes conservan; en ellos los procesos naturales y la actividad humana han dejado huellas, que con una adecuada metodología de pueden detectar, identificar y estudiar.
Por eso, el paisaje, tomando como punto de partida el paisaje de la conquista de Roma, es capaz de articular otros registros patrimoniales, que permiten entenderlo como una creación social-diacrónica.
No olvidemos que en un paisaje son tan importantes los elementos que han perdurado (una mina, un poblado antiguo, un parcelario, una ermita, un camino….) como las relaciones entre ellos. De hecho, son precisamente sus relaciones en el espacio y en el tiempo las que construyen el paisaje.