En Arqueología, como en otros muchos ámbitos profesionales o en la vida cotidiana, es clave disponer de un sistema que asegure la integración de datos espacialmente referenciados. La aproximación arqueológica al paisaje requiere tanto la obtención, como el tratamiento de esos datos, para a partir de ellos poder efectuar análisis, modelos o representaciones. Los SIG se han convertido en herramientas esenciales para poder ordenar y procesar datos obtenidos de distintas fuentes y establecer relaciones entre ellos.
En el proyecto IVGA, el SIG es una herramienta imprescindible para organizar globalmente la información y resulta especialmente valioso para avanzar en algunos temas como la elección del emplazamiento de los campamentos romanos o el estudio del proceso de prospección minera previo a la puesta en marcha de las labores auríferas bajo el Imperio de Roma.
La utilidad de cualquier capa de información solo está garantizada si la base topográfica sobre la que se trabaja es precisa y a la escala adecuada. Para ello se recurre tanto a bases cartográficas digitales, como a MDT generados a partir de LiDAR. Es además imprescindible la elaboración de levantamientos topográficos de detalle de algunos sectores y la georreferenciación sobre el terreno precisa de hallazgos y de muestras tomadas.
Durante los trabajos de campo se realizan topografías en lugares de hábitat antiguos o de sectores mineros y sus redes hidráulicas. Se emplean para ello una estación total y GPS bifrecuencia con precisión centimétrica.