El extremo más occidental de las montañas cantábricas y Ancares han quedado fuera de los grandes ejes de comunicación, fijados con la creación de la red de carreteras desde el final del siglo XIX. A lo largo del siglo XX esto ha contribuido de forma decisiva a la consideración de estos municipios como periféricos. Hacia el oriente de nuestra zona de estudio, la consolidación del paso de Leitariegos, ha tenido como consecuencia que el eje de comunicación norte-sur haya quedado más al oriente. Los puertos más occidentales, como el del Trayecto, el de Cienfuegos (conocido también como puerto de Cuadro) o el de Ancares, tienen un papel más limitado, sobre todo en comunicaciones locales y comarcales. Toda la comarca de Ancares (oriente lucense y noroeste de León) y el sudoeste de Asturias han quedado al margen de los principales ejes vertebradores entre la Meseta y Galicia y Asturias. Así, el valle del Navia no forma parte, hoy en día, de las principales rutas hacia la costa cantábrica.
La configuración de la red de carreteras a lo largo del siglo XX y su pronunciada jerarquización en las últimas tres décadas, ha arrastrado además al resto del transporte, acusando más los problemas de accesibilidad. Todo esto oculta una densa red de caminos y senderos que han permitido a lo largo de siglos las comunicaciones locales y regionales. Senderos, caminos de herradura y de carro articulan una trama, solo parcialmente conservada, ya que la mayoría de ellos llevan años de abandono. Estos caminos aseguraban el acceso a recursos, como se aprecia en el caso de las brañas, a mercados, a centros religiosos o de celebraciones, así como la conexión con las vías principales de conexión con otras regiones.
En IVGA abordamos el estudio de la caminería histórica entre El Bierzo y Ancares, con el objetivo de profundizar en la articulación histórica de estos territorios. En principio, este análisis parte del interés por comprender mejor la decisión del ejército de Roma de ubicar los campamentos en A Recacha y A Granda das Xarras; a partir de ahí, surgen diversas pistas que permiten un mejor conocimientos del acceso y circulación a lo largo de los siglos. El eje este-oeste que, atravesando los Montes de León conectaba y conecta Astorga con El Bierzo, está documentado desde la etapa romana; en especial, quedo consolidado con la construcción de la vía XVIII, o via nova, en el último tercio del siglo I. A lo largo de la Edad Media y de toda la Edad Moderna hay noticias de la vitalidad de este itinerario, que convivía con un tramo del Camino de Santiago, algo más al sur y también posiblemente apoyado sobre un trazado romano previo.
Desde este eje este-oeste, parten varios caminos históricos hacia el norte, de los cuales interesan especialmente el que parte de San Román de Bembibre y alcanza la Sierra de A Corredoira por el valle de Fornela y el que parte de Cacabelos hasta el puerto de Ancares por Vega de Espinareda. Se ha rastreado la información histórica desde la Edad Media hasta finales del XVIII y se han seguido los posibles trazados usando cartografía de los siglos XIX y XX, fotografía aérea y prospecciones sobre el terreno. Toponimia, datos sobre puentes (de madera o piedra), puertos frecuentados, rutas consideradas como caminos reales…, todo ello es tenido en cuenta para entender cómo han funcionado históricamente las comunicaciones en esta zona.