Los territorios de Candín, Ibias y Navia de Suarna son articulados por valles fluviales, que conectan sectores montañosos con tierras más bajas. El municipio de Candín tiene una altura absoluta media de 888 m, la mayoría de localidades se ubican en el valle fluvioglaciar formado por el río Ancares y sus dos afluentes principales. El valle se encuentra rodeado por montañas cuyas cimas superan los 1.900 m. En Navia de Suarna e Ibias los valles respectivamente del Navia y del Ibias son de origen fluvial, estrechos y con cotas absolutas entre los 200 y 400 m, pero también rodeados de montañas de hasta casi 2.000 m. A diferencia de Candín, la población de estos dos municipios es mucho más dispersa con numerosas parroquias y aldeas, y aunque las principales se sitúan en los estrechos valles, también es frecuente la existencia de núcleos a bastante altura, como Santiso a 950 m o Ventosa a 750 m.
No solo las altitudes absolutas sino, sobre todo, lo quebrado del relieve, condiciona en buena medida la explotación agropecuaria, que puede definirse, a grandes rasgos, como de montaña, con limitaciones derivadas tanto del reducido tamaño de las zonas de cultivo, como del tipo de especies cultivables. Abundan las áreas boscosas y los pastos que en muchas ocasiones son de carácter comunal.
Sin embargo, no se debe interpretar como un modelo inmóvil; la intensidad y extensión de la explotación ha ido variando notablemente a lo largo de la historia, y de forma intensa en las últimas décadas, con una progresiva contracción de la producción, estrechamente ligada a la despoblación y a la rentabilidad en términos de mercados. La superficie de terrenos dedicados a la labranza ha disminuido de forma drástica en las últimas décadas.