Situa el judeoespañol en el marco de las judeolenguas y se detiene en el desarrollo histórico de la ortografía aljamiada, tomando para ello textos de los siglos XI al XX (jarchas de la serie hebrea, textos castellanos aljamiados medievales, traducciones de la Biblia posteriores a la expulsión, obras de la literatura clásica sefardí del siglo XVIII y periódicos y novelas sefardíes modernas). Sobre esa base, analiza las soluciones dadas para los distintos problemas en cada época, y las compara con las que ofrecen para casos similares otras lenguas judías. Detallada reseña en Hassán 1978.