Novela. En el capítulo IX "El habla recién nacida" inventa una visita a la casa de un platero sefardí en la judería de Tetuán, donde oye cantar una versión del romance de Delgadina (que toma de Ortega 1919/34), que suscita sus reflexiones sobre "el idioma... momificado... el idioma todavía niño, pero intacto de contaminación" de los sefardíes.