En 1909, el polifacético y contradictorio hombre de negocios y publicista sefardí Santo Semo (Santo bey de Semo) escribió en 1909 su obra dramática de tema histórico Don Isaac, sobre la historia del cortesano de los Reyes Católicos Isaac Abravanel y su exilio tras la expulsión de los judíos en 1492. La obra se publicó en francés y hebreo, con un suplemento en el que se incluian varios cantables, aunque por noticias indirectas se supone que se tradujo también a otras lenguas, entre ellas el judeoespañol y el español.
El artículo, tras describir las variopintas actividades de Semo y sus vaivenes ideológicos y comentar la difusión del tema de don Isaac Abravanel en el teatro sefardí (algunas obras pudieron servir de inspiración a Semo), se centra en la campaña de promoción que emprendió Semo para difundir su obra, tanto a través de la prensa sefardí como de la alemana, de contactos epistolares con figuras relevantes de la época (entre ellas el escritor español Benito Pérez Galdós y el senador Ángel Pulido) y de contactos personales con otras personalidades, como la actriz Sarah Bernhardt. Semo consiguió que varios periódicos se hiciesen eco de la publicación de la obra y que esta se representase por grupos de teatro aficionados en Estambul y en Jerusalén; pero, pese a sus intentos prolongados durante años y movidos por su ciega confianza en los valores literarios e ideológicos de la pieza, no consiguió que la obra se estrenase por actores profesionales en ningún teatro importante. El artículo recoge además una demoledora crítica de la obra publicada en la prensa por David Ben Gurión.