La comunidad sefardí de Amsterdam, fundada por criptojudíos portugueses, recibió en el siglo XVII un importante flujo de conversos judaizantes y de judíos refugiados de otros países: huídos de las persecuciones de la Inquisición en España y Portugal, o askenazíes que huían de los pogromos de Polonia. La mayor parte de los refugiados llegaban sin medios de vida, por lo que se convertían en indigentes a cargo de la beneficencia de la comunidad sefardí. Desde 1622, la comunidad de Amsterdam promovió la emigración de estos indigentes a otros países donde pudieran ganarse la vida y vivir libremente como judíos, costeándoles los gastos del viaje. Algunos de los posibles destinos fueron Brasil, Curaçao, Surinam. La presión sobre los pobres para que emigrasen se hizo especialmente fuerte en el siglo XVIII.
El artículo menciona algunos casos concretos de personas emigradas, basándose en la información contenida en documentos de la comunidad de Amsterdam.