Los hermanos Emile e Isaac Péreire nacieron al principio del siglo XIX en la comunidad judeo-portuguesa de Burdeos en una época en que los judíos de Francia avanzaban hacia la plena integración en la sociedad civil. Los Péreire eran herederos de una educación sefardí que se limitaba a aquellos aspectos de la tradición y la religión judías compatibles con las ideas de la Ilustración. Por consiguiente, los Péreire encontraron un eco de su visión íntima en el sansimonianismo, cuyos principios mantuvieron durante toda su vida, dedicada al progreso industrial a base del enriquecimiento del pequeño inversor.