La persistencia del antisemitismo pone de manifiesto su capacidad para adaptarse a las cambiantes constelaciones de las sociedades modernas. Por ello parece que podría hablarse de una cierta "funcionalidad" del antisemitismo, que facilita la orientación, la adaptación y la descarga de los individuos en una vida social guiada por leyes abstractas y cada vez más racionalizada. Como encarnación de la figura del extraño, el judío favorece la identificación con el propio grupo. En este sentido se ha afirmado que el antisemitismo sería un "ritual de la civilización" y los pogromos "verdaderos asesinatos rituales". Pero si el antisemitismo es un fenómeno "funcional", entonces su presunto contenido -el "odio a los judíos"- sería mera racionalización, no algo substancial. Se trataría de un fenómeno relativamente independiente de su "objeto" -los judíos-, que simplemente deberían presentar ciertas características que les permitan desempeñar su función en unas circunstancias dadas. En consecuencia, el objetivo del panel es analizar la función estratégica del antisemitismo en la praxis social cotidiana y su vinculación con dinámicas identitarias - desde su potencial para garantizar la "realidad" de supuestos lazos comunitarios hasta su capacidad de socializar la agresión y el resentimiento dirigiéndolos contra los judíos como chivos expiatorios. El propósito es comprender qué dinámicas socio-culturales y psicológicas han llevado a que los judíos hayan sido el grupo que ha desempeñado primordialmente estas funciones en las sociedades modernas y qué otros grupos podrían fungir en su lugar. El Antisemitismo, el racismo y la xenofobia .